sábado, diciembre 30, 2006

Serenatas


Hoy me levanté a las 5:30 a.m. para acompañar a mi prima a una cita al pueblo de Dorado (por cierto, lo tienen hermoso). Cuando me vestía a eso de las 6:00 a.m. escuché música bastante alta, pero a lo lejos y pensé que había dejado el despertador prendido. Verifiqué, pero la música venía de afuera. Abro la ventana y veo que le estaban dando una "serenata" (de las que llevan lo que dicimos "tumba cocos". Acá en el centro de la Isla, ahora se dan así las serenatas) a alguien que vive cerca de mi parroquia.

Debo decir que fue ENVIDIA TOTAL, porque no fue sólo el hecho de enviar una serenata, entiendo que llevaron DOS "tumba cocos" porque fue la misma serenata con 2 minutos de diferencia. No sé porque se escuchaba así, pero ahí le vamos. Y para completar la envidia, la canción dedicada fue "Bendita tu luz" de Maná. Esa mujer u hombre (espero que no sea al sacerdote o alguna de las monjas, porque eso sí estaría brutal) debe estar en las nubes porque como he dicho aquí esa canción es hermosa.

Ya las serenatas no se dan. No sé si en el área metro se darán igual que acá, pero es más emocionante cuando vienen músicos reales y un buen cantante a darte una serenata. La mejor serenata que he recibido, fue junto a 100 muchachas más en la "resi" que queda dentro del Recinto de San Germán de la Interamericana. Los chicos del BA de música y que se hospedaban en la "resi" de varones nos dieron una serenata el día de San Valentín de 1998. Fue muy lindo ese gesto.

Había un chico que tocaba una de las guitarras que me llamó luego a la recepción de la "resi" a decirme que me había dedicado todas esas canciones. Yo me pasaba con mi mejor amiga (en aquel tiempo) en el Departamento de música, pues ella estudiaba Educación Musical Instrumental y a cada rato estaba ensayando con la banda. El chico llevaba meses detrás de mí y yo ni cuenta me había dado. Realmente siempre fui demasiado de "sanana" en mi época universitaria. Tenía pretendientes, pero yo estaba enfocada en otras cosas. Ya cuando me dediqué a mi profesión fue que comencé a salir y conocer gente. No me arrepiento de eso.

Es un lindo recuerdo la serenata. Y ni hablar con las parrandas. Rara la vez se dan. Es una lástima que las cosas tradicionales se pierdan sólo por la criminalidad, entre otros males. Si alguien alguna vez te dio una serenata, debes ser envidiado (a) de manera especial.


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